La idea de que el turista contribuya con su visita a la conservación y restauración de los recursos naturales no es nueva; desde hace muchos años se ha reconocido que el turista recibe durante su visita muchos beneficios del medio que lo rodea y que, gracias a ello, el visitante a los destinos puede vivir una experiencia única relacionada con la biodiversidad.
En Quintana Roo, por poner solo algunos ejemplos, el visitante se beneficia de los ecosistemas de la siguiente manera:
- Los arrecifes son los responsables de nuestras hermosas playas.
- Además, este ecosistema nos protege de tormentas, huracanes y es un gran atractivo turístico.
- La selva nos brinda oxígeno, pero también, agua, con loa que podemos desarrollar nuestras actividades de turismo.
- Las Áreas Protegidas son un gran atractivo, y también nos permiten mantener un equilibrio sano entre el desarrollo y la conservación.
- Los manglares filtran el agua y además también nos protegen en caso de inundaciones o tormentas.
Conociendo esto, suena lógico que si el turista viene a disfrutar de sus vacaciones y estos ecosistemas le brindan beneficios, pueda pagar por ello.
Esquemas hay muchos, diversos y muy interesantes: la ecotasa de las Islas Baleares, el Pago por servicios ambientales en las ANP, los esquemas mediante los cuales los turistas donan a través de los hoteles para conservar (Check Out for Nature de WWF o el esquema de Amigos de Sian Ka’an en Quintana Roo), cobro de brazaletes extras en ANP para la conservación del sitio (como en el caso de Paralelo 28), aportaciones directas de los operadores (Islas Marietas), entre otros.
Estos casos, exitosos en su mayoría, basan sus premisas en cuatro aspectos principales:
- Transparencia en el cobro y manejo del recurso: es decir, no puedo solo cobrarlo sin de circulación a donde va, tener al menos un presupuesto o posibles proyectos de implementación y un esquema para demostrar resultados.
- Esquema financiero: el dinero no puede solamente entrar a las arcas municipales, estatales o federales, o incluso de alguna OSC sin tener una figura (por ejemplo, un fideicomiso o un fondo) que asegure que el recurso se usa para lo que está estimado; de lo contrario, fondos líquidos sin supervisión corren el riesgo de no llegar a su destino.
- Alianzas Público – Privadas – Sociales- Academia: la participación de la iniciativa privada en el proceso es clave, no solo porque serán los que cobran, sino porque también deben ver un beneficio tangible de ello; y por supuesto, si el impuesto va a la restauración, esta debe estar respaldada por protocolos desarrollados por investigadores y sociedad civil.
- Comunicación: el turista debe saber que está generando beneficios locales, que tiene la oportunidad de contribuir a la conservación, que genera beneficios con su visita, y los demás actores involucrados deben comunicar y ser comunicados adecuadamente.
La gran pregunta es: si existen casos probados, si hay metodologías, si hay ejemplos en México y el extranjero de cosas que han o no han funcionado, si existen protocolos para este tipo de procesos, ¿por qué plantear una iniciativa de un nuevo impuesto que no contiene nada de esto?
Si es por desconocimiento, por favor, pregúntenos a quienes hemos trabajado en ello, creo que podría generarse un joint venture muy interesante y muy necesario en la zona.
Si es por falta de tiempo, siento decirles que estas decisiones no pueden tomarse de un día para otro.
Si el tema es recaudar por recaudar, y se usa para ello el tema verde, les aseguro que pasará lo que ha pasado en otros municipios: amparos del sector privado, mala imagen del cabildo, retroceso a una buena iniciativa y un esquema que no le sirve a nadie.
Señores y señoras regidores (as): Cancún necesita realmente gente comprometida con la ciudad, la conservación de los recursos, la innovación: y hay una oportunidad enorme de lograr esquemas que sean ejemplo mundial y que realmente contribuyan a proteger y restaurar los ecosistemas, y a mostrar nuestro municipio con otra cara a nivel nacional y mundial.
Vamos empezando, no cometamos los mismos errores de siempre.