
Expertos en turismo, legislación ambiental, biólogos, tour operadores, turistas y pobladores de la isla de Holbox coinciden en que es necesario tomar acciones para que el aprovechamiento turístico que se hace de la presencia del Tiburón Ballena en las costas de la isla, se realice de manera responsable, con reglas claras para todos los prestadores de servicios y mayor información hacia el turista.
Desde que a finales de la década de los 90 se detectó su presencia en la costa norte de Quintana Roo, el Tiburón Ballena se convirtió en centro de admiración e investigación. A partir del año 2001, su visita comenzó a ser aprovechada con fines turísticos. Desde entonces, el nado con el pez más grande del mundo, representa un atractivo único que atrae a miles de turistas.
Sin embargo, situaciones como las malas prácticas por parte de algunos tour operadores, guías poco capacitados, irregularidades en el proceso de otorgamiento de permisos, la presencia de embarcaciones ilegales, e incluso la falta de información hacia el turista, ponen en riesgo la actividad y a la especie en sí.
Toman la iniciativa
Con la finalidad de hacer un análisis de 360 grados sobre lo que representa la visita del gigante de los mares, la Asociación de Hoteles de Holbox, dirigida por Alejandrina Selem, tomó la iniciativa de realizar el Primer Simposio de Tiburón Ballena, evento que se realizará cada año.
“Fue en Holbox donde comenzó la actividad con el Tiburón Ballena; ver y nadar junto a esta especie es un espectáculo único que debemos preservar entre todos. La intención de realizar el simposio es la de hacer conciencia sobre el respeto a las reglas, tanto por parte de quienes ofrecen el tour, como por parte de los turistas”, comenta la representante de los hoteleros.
Muchos son los puntos de vista desde donde puede abordarse la importancia del arribo del Tiburón Ballena, entre los meses de mayo a septiembre. En lo que respecta a la actividad turística, 18 cooperativas de la isla ofrecen el tour de avistamiento y nado con el pez. “En comparación con los tours que salen desde Cancún, en Holbox el turista vive una experiencia más completa porque además de ver y nadar con el Tiburón Ballena, tiene mayor probabilidad de observar otras especies como mantarrayas, tortugas, delfines, además en Holbox la actividad no es tan masiva como en Cancún”, comentó Guillermo Torfer, propietario de la agencia VIP Holbox.
Como prestador de servicios turísticos, Torfer destacó la necesidad de que los capitanes de las embarcaciones, así como los guías estén debidamente capacitados y comprometidos con preservar la especie, de manera que sea posible continuar con la actividad turística.
Prohibido tocar
Entre las irregularidades a evitar durante el nado con el Tiburón Ballena está el tocar al pez y que más de dos personas por embarcación naden con la especie al mismo tiempo. Particularmente en la zona de Cancún, es común ver a más de 10 personas alrededor de un tiburón. Es tarea de capitanes y guías, respetar y vigilar el cumplimiento de las normas, lección que con el tiempo aprendió Juan Rico Santana, conocido en la isla como Juan Karateca, pescador que dejó las redes para dedicarse a la actividad turística.
Dedicado al activismo en el tema ambiental, Juan Karateca asegura que los operadores turísticos están cerca de llegar a un acuerdo para que no se venda el nado con Tiburón Ballena como algo garantizado. “Hay días que los tiburones no están en la superficie, es difícil encontrar uno, lo que proponemos es informar al turista que en condiciones como estas se realizará solo el avistamiento con la especie y no se les permitirá lanzarse al mar”, explica.
En promedio cada lancha transporta a ocho personas. El número más alto de embarcaciones en funciones, durante un día de temporada alta es de 50 y 15 el más bajo. Los prestadores de servicios se quejan de ser desplazados por las empresas que zarpan desde Cancún, ya que después de tener hasta 160 permisos, el número bajó a menos de 120. Una de las metas de integrar a las empresas de la isla es recuperar permisos perdidos.
¿Y cómo se vende?
Otro tema que preocupa a los prestadores de servicios de la isla es la comercialización de los tours. Los numerosos intermediarios en el proceso de venta, por lo general taxistas, o personal de los hoteles, abaratan el servicio afectando con esta práctica la ganancia que deberían recibir los prestadores de servicios.
A decir de Guillermo Torfer, una de las propuestas para evitar esta situación es crear una ventanilla única para la venta de tours, o en todo caso establecer un precio mínimo de venta. A diferencia de Cancún donde las ventas son por paquetes, en Holbox es más frecuente la contratación de tours individuales.
“La mayoría de las cooperativas turísticas no tenemos conocimiento sobre cómo vender el tour. Lo ideal sería el trato directo para obtener un precio justo”, asegura Juan Karateca, quien menciona otra situación irregular: la presencia de embarcaciones “pirata” que igualmente ofrecen sus servicios sin contar con los permisos para tal fin.
Justo Valor
Para Vicente Ferreyra, especialista en Turismo Sustentable y director de la consultora Sustentur, el tour de nado con el Tiburón Ballena requiere de un esquema de comercialización a precio justo, tomando en cuenta que es un fenómeno único en las costas de Quintana Roo. “Ante todo hay que informar al turista adecuadamente lo que representa la experiencia con la especie, darle la importancia que tiene, así como hacer saber cuáles son las normas que debe respetar durante la actividad. Actualmente el tour se está malbaratando, cuando se podría mejorar los ingresos con miras a la conservación”, agregó.
Desde el punto de vista de la investigación hay mucho por hacer, comenta la bióloga, Nubia Núñez Vivas. Si bien 125 países registran la presencia del Tiburón Ballena son vistos en menor cantidad en comparación con las costas de Quintana Roo, donde el arribo de la especie sucede en grupos numerosos.
La especialista explica que aún no se tiene claro cuáles son las áreas de reproducción y crianza de la especie como tampoco su comportamiento real ante la presencia de embarcaciones y personas, ni cuál es el impacto en las poblaciones de peces. Otro aspecto que no está definido es el número de lanchas que pueden participar en un mismo día en los tours. Con estas y situaciones sin definir, agrega la investigadora, “el Plan de Manejo del Tiburón Ballena se queda en el papel”.
En cuanto a protección en la legislación mexicana, la Norma 059-SEMARNAT-2010, considera al Tiburón Ballena como especie amenazada, es decir, aquellas que podrían llegar a encontrarse en peligro de desaparecer a corto o mediano plazo, si siguen operando los factores que inciden negativamente en su viabilidad, al ocasionar el deterioro o modificación de su hábitat o disminuir directamente el tamaño de sus poblaciones, explica Gerardo Tallavaz, representante del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Cemda. De no corregirse algunas situaciones actuales, existe el riesgo de que la población de peces que visitan la zona disminuya considerablemente.
Durante el simposio, representantes de la Comisión Nacional de la Áreas Naturales Protegidas (Conanp) presentaron un video que será destinado a informar a los turistas sobre la especie y las normas a cumplir durante la actividad. (Ángela Paredes)
